El 2 de octubre de 1968 es una fecha que no quedará sólo en la memoria de sus protagonistas, sino que ya forma parte de la historia, y no tan sólo mexicana. Ese día el movimiento estudiantil fue reprimido de la forma más sangrienta, cruel y cínica posible en la llamada Matanza de la Plaza de las Tres Culturas.
Más de treinta años después, la niebla del silencio todavía esconde muchos detalles de lo que pasó, empezando por el número exacto de los muertos. Desde el principio la máquina del poder se puso en marcha para arenar, confundir, traspapelar, borrar informaciones.
Algunos números: 15.000 proyectiles disparados (cifra oficial), 8.000 militares de varios cuerpos destacados en la acción, 300 medios armados entre tanques, medios blindados y jeeps con ametralladoras. Todo esto para reprimir una manifestación pacífica, por el viejo procedimiento de las provocaciones de los militares de paisano infiltrados entre los manifestantes, a las que contestan los militares con uniforme. El resultado fue de no menos de 700 heridos, un número de muertos que oscila entre 150 y 300, algunos de los cuales probablemente fueron arrojados al océano desde aviones militares, 5.000 estudiantes detenidos, algunos de ellos sometidos a torturas y falsas fusilaciones y 300 de ellos permanecieron en la cárcel hasta la amnistía de 1971.
Los responsables de aquella matanza, programada al detalle con días de antelación, nunca han sido juzgados, a pesar de que en 1993 una Comisión de la Verdad investigó lo ocurrido. Su secretario fue Paco Ignacio Taibo II que, en un artículo publicado por el diario La Jornada en ocasión del 30 aniversario de la matanza, resumía las conclusiones de la Comisión. La reconstrucción de los hechos es a todas luces increíble.
Es aquí donde una vez más nos damos cuenta de que el gobierno en ese tiempo era una anarquí total, donde no se respetaba ningun punto de vista u opinión de otra persona que no fuera el mismo gobierno. Y aún, hoy en día, muchos lugares del pais siguen viviendo esta situación. Apesar de que estas personas ofrendaron su vida para poder buscar la libertad para nosotros, aún no llegan los tiempos en donde realmente seamos libres de expresar lo que sentimos y pensemos sin que alguna autoridad o grupo tome represalias a nosotros.
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