En la investigación se estudió la actividad de 24 adultos (estaría bueno que lo hagan a una gran cantidad de personas para poder comprobarlo) de entre 55 y 76 años quienes fueron divididos en dos grupos. Uno de ellos eran usuarios regulares de internet y personas que entendían algo de tecnología, mientras que el otro grupo no.
A todos ellos se les escaneó el cerebro mientras unos leían un libro y otros usaban internet. Los resultados fueron bastante interesantes. Las personas que estaban conectados a la red tuvieron dos veces más actividad en aquellas áreas del cerebro que están destinadas a la toma de decisiones y el razonamiento que las personas leyendo un libro.
Esto fue lo que dijo el profesor Gary Small al respecto:
Los resultados son alentadores ya que la tecnología podría tener efectos fisiológicos y grandes beneficios en personas adultas”.
Tendríamos que ser todos genios…
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